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El Hospital de Ciudad Real incorpora la polisomnografía como nueva prueba diagnóstica

Publicado el 18 mayo, 2012 en Noticias por admin

El centro hospitalario amplía su cartera de prestaciones.

Esta prueba determina si el paciente sufre apnea del sueño y completa la dotación de la Unidad de Trastornos Respiratorios del Sueño, del servicio de Neumología.

El Hospital General Universitario de Ciudad Real, dependiente del Servicio de Salud de Castilla-la Mancha, ha incorporado recientemente a su cartera de servicios la polisomnografía. Esta prueba diagnóstica determina con exactitud si el paciente sufre el síndrome de apnea e hipoapnea durante el sueño (SAHS). Una prestación que se incorpora a la Unidad de Trastornos Respiratorios del Sueño, puesta en marcha hace un año dentro del Servicio de Neumología.

Hasta ahora, en el Hospital de Ciudad Real, se realizaba únicamente la poligrafía respiratoria, que es una prueba eficaz para detectar la enfermedad hasta en el 80% de los casos sospechosos. Esta nueva técnica, que registra parámetros electrofisiológicos que definen los estados de sueño y la vigilia, así como parámetro respiratorios, va a permitir diagnosticar con exactitud al 100% de los pacientes, incluyendo casos de difícil diagnostico.

Un 9% de ciudadrealeños padecen apnea o hipoapnea del sueño

Actualmente se calcula que un 9% de la población ciudadrealeña padece este síndrome. Los síntomas principales son pausas de la respiración durante el sueño seguidas de ronquidos y sueño excesivo durante el día. Tanto la obesidad como la edad constituyen factores de riesgo de padecerla. En la actualidad existen tratamientos totalmente eficaces que corrigen la enfermedad e impiden sus consecuencias negativas sobre la salud y la calidad de vida.
El SAHS es una enfermedad que consiste en una parada completa de la respiración (apneas) durante al menos diez segundos, mientras se duerme, que son seguidos de un microdespertar y ronquido, pudiendo sufrir el paciente más de 30 apneas cada hora. Este trastorno se produce por una relajación excesiva de la faringe y la vía aérea superior en fases profundas del sueño, lo que puede originar su cierre impidiendo el paso del aire hacia los pulmones.
Todo esto influye negativamente en la calidad de vida del paciente puesto que no alcanza el sueño profundo y por tanto, al no llegar a fases profundas, no se consigue el efecto reparador del sueño. De igual modo, las apneas producen una disminución del nivel de oxigeno en la sangre, que dura unos segundos, y al ser repetitivas causan estrés en el organismo, por lo que actualmente el SAHS se considera un factor de riesgo cardiovascular.

Para realizar la polisomnografía se colocan una serie de electrodos en el cuero cabelludo, cara y cuerpo, y unas bandas ajustables en el tórax y abdomen. La información almacenada y registrada es analizada posteriormente por el médico especialista en neumología.

La mayoría de las personas que sufren SAHS lo desconocen puesto que sólo ocurre durante el sueño, y para diagnosticarlo es necesario realizar durante la noche esta prueba, ya sea la poligrafía respiratoria o la polisomnografia.

Diferentes tratamientos en función de la gravedad

Existen tres grados de la enfermedad, que vienen determinados por el número de apneas que se producen cada hora. Por un lado está el leve, donde se producen entre 5 y 15 apneas cada hora. Aquí el tratamiento consiste en perder peso y llevar una vida saludable. Por otro el moderado, en el que se producen entre 15 y 30 apneas, y donde la indicación del tratamiento depende de los factores de riesgo del paciente. Y finalmente el grave, donde se registran treinta o más apneas cada hora, indicándose la necesidad de tratamiento en todos los casos.

El tratamiento puede ser quirúrgico en casos puntuales, cuando la causa de la apnea es una alteración anatómica en la vía aérea, como puede ser las amígdalas de gran tamaño. En el resto de los casos se trata con el CPAP (Presión Aérea Positiva Continua de las vías respiratorias) un dispositivo que usa una presión de aire continua para estabilizar la vía aérea y mantenerla abierta durante el sueño. Esto permite que el aire pase a través de la garganta hacia los pulmones e impide que se produzcan apneas y ronquidos, permitiendo al paciente desarrollar todas las fases del sueño. Este tratamiento no cura la enfermedad pero la corrige totalmente si se usa de forma adecuada, con lo que se consigue una mayor calidad de vida.