HISTORIA DE LA ESPECIALIDAD

La asistencia a los enfermos críticos en un área común nació en las guerras de Vietnam y Corea y en la epidemia de poliomielitis que sufrieron Europa y Norteamérica a mediados del siglo pasado. Inicialmente fue campo de especialistas diversos (internistas, anestesistas, cirujanos, cardiólogos y neumólogos); las características fisiopatológicas y clínicas homogéneas de los enfermos críticos, así como las entonces nuevas estrategias terapéuticas y las innovaciones tecnológicas, justificaron la configuración de una nueva especialidad, la Medicina Intensiva (MIV).

La expansión del conocimiento y de la tecnología ha permitido el abordaje de procesos que, hasta recientemente, no eran objeto de atención por su gravedad o complejidad; como consecuencia ha aumentado la necesidad de camas y profesionales dedicados a la MIV.

La Especialidad de MIV fue reconocida en España en 1978. Para su ejercicio es necesaria la titulación de Médico Especialista en Medicina Intensiva, que requiere un período de formación de cinco años a través del sistema de residencia en centros acreditados (RD 127/84).

En Ciudad Real la Medicina Intensiva se introdujo por primea vez en la Residencia Sanitaria de Nuestra Señora de Alarcos en 1977, con una Reanimación de composición “mixta” en la que el intensivista era el flamante recién incorporado D. Vicente Fernández-Medina Criado; posteriormente se creó una UCI como tal en la 4ª planta y, en 1983 se inauguró la UVI de la 3ª planta del bloque quirúrgico de Alarcos. La apertura de la primera UVI de la provincia supuso un revulsivo en la asistencia sanitaria por evitarse muchas derivaciones a centros de Madrid, por el apoyo a otras especialidades en el abordaje de los enfermos más graves y por la incorporación de técnicas novedosas como la implantación en Ciudad Real de los primeros marcapasos definitivos.

También el Hospital Provincial abrió una Unidad de Medicina Intensiva, en el año 1983, inicialmente a cargo de Jesús Diarte de Miguel y José Ramón Ruiz de Alegría; fue en este centro donde se incorporó, como Jefe de Servicio, Julián Ortega Carnicer.
La formación del Complejo Hospitalario de Ciudad Real en 1989, con la unificación funcional de los dos centros mencionados, fue seguida de la fusión de los servicios de Medicina Intensiva en un espacio único en el Hospital de Alarcos. Por entonces la especialidad ya estaba bien asentada y la fusión vino a sumar y optimizar los recursos. El Doctor Ortega pasó a ser el responsable de la nueva Unidad  y con su trabajo impulsó enormemente la especialidad en Ciudad Real; destaca su labor investigadora y su colaboración en el desarrollo de las unidades móviles medicalizadas. En los años de Alarcos se consiguieron avances importantes, como la participación en numerosos ensayos clínicos de carácter internacional, la mejora de la dotación material, un aumento del personal, la ampliación de la cartera de de servicios o, en arritmología a cargo de Juan Benezet, incorporar técnicas y avanzar en autonomía respecto a los hospitales de referencia.

La apertura del Hospital General de Ciudad Real (HGCR) ha producido un notable aumento de actividad por:

  • 1. el aumento de la cartera de servicios (Neurocirugía, Cirugía Maxilofacial, Cirugía Vascular y Laboratorio de Hemodinámica);
  • 2. la ampliación de actividad de Cirugía General y Digestiva (cirugía de esófago, hepática y vías biliares) que incluye enfermos de edades cada vez más avanzadas y con patologías crónicas subyacentes;
  • 3. el aumento de la actividad en oncología (incluida la radioterapia);
  • 4. el desarrollo de la Radiología Vascular intervencionista;
  • 5. la incorporación de un helipuerto con vuelo nocturno;
  • 6. la centralización de la atención a enfermos crónicos con patología crítica en nuestro centro (como la Nefrología).

Sin embargo, el rejuvenecimiento y ampliación de la plantilla, el nuevo material incorporado y la incorporación de residentes permiten vislumbrar con optimismo un futuro lleno de retos.